FAMSI.- “Innovación en los territorios para una mejor calidad de vida”. Córdoba, Argentina, acogerá el debate de miles de responsables políticos, institucionales y sectoriales del 2 al 4 de diciembre de 2019, poco después de que se cumplan cuatro años desde la aprobación de la Agenda 2030 que dibujó el presente y el futuro de la acción colectiva hacia la sostenibilidad ambiental, económica y ambiental a través de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¡Ya puedes inscribirte!
Esta edición del Foro prevé una asistencia superior a las 4.000 personas de 60 países, superando a convocatorias anteriores. Es la tercera celebración de un foro tras la aprobación de los ODS a los que dio la bienvenida Turín, con el III Foro Mundial DEL, y que se hizo transversal a los contenidos del IV Foro, en Cabo Verde, pocos meses después de la celebración del segundo Foro de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible, en julio de 2017, desde la aprobación de la Agenda 2030, en septiembre de 2015. En aquel Foro de Alto Nivel se subrayaba, por cierto, que más del 70 por ciento de la población pobre mundial vive en países de renta media, principalmente en África Subsahariana y Asia Meridional, y quelograr los ODS requería acelerar el ritmo para abordar tareas urgentes.
Esta quinta edición del foro profundizará en el análisis, el debate y el intercambio de experiencias sobre la relevancia del Desarrollo Económico Local como vehículo para la localización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en especial, para la construcción de sociedades más inclusivas y sostenibles. El contexto en el que se celebra este Foro muestra ya un amplio desarrollo de la acción por los ODS, pero las cifras hacen recordar aquellas llamadas de atención que se producían ya en 2017.
Un contexto global complejo que reclama cambios urgentes
En un contexto como el que proveen los ODS, la alianza de distintos niveles de acción y responsabilidad política, de carácter público y privado, de impacto comunitario local y global, proporciona una hoja de ruta para analizar la realidad en todas sus dimensiones, desde la premisa de la sostenibilidad ambiental, económica y social. En este contexto, el Foro permitirá revisar aquellos aspectos vinculados al desarrollo económico local que se relacionan con los ODS y que abarcan un amplísimo catálogo de retos a los que atender en todas las sociedades.
Desde 2011, cuando se inicia el proceso de los Foros, la visión del Desarrollo Económico Local como impulsor del progreso de las comunidades está abocada a revisar la capacidad de dar respuestas a sociedades diversas, complejas, multiculturales y en gran medida, con crecientes niveles de desigualdad social, como lo indican las cifras del Informe sobre el Financiamiento del Desarrollo Sostenible de 2019, publicado por Naciones Unidas esta primavera. La desigualdad continúa al alza: mientras que la economía mundial ha crecido un 3%, los salarios solo lo han hecho un 1,8%. La bonanza económica no contribuye a disminuir la desigualdad, y como no hay reparto equitativo de los rendimientos, se incrementan las dudas sobre la eficacia del sistema multilateral.
«No estamos ofreciendo un crecimiento inclusivo y sostenible», son las palabras de Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, en el prólogo de este informe. En conclusión: el desarrollo sostenible no se puede lograr con estas condiciones y no puede haber desarrollo sostenible sin combatir el cambio climático. De acuerdo con los ODS, se trataría de hablar menos de crisis y más de cambio, menos de desarrollo y más de sostenibilidad, menos de productividad y más de generación de oportunidades, inclusión y equidad, en un contexto de lucha contra el cambio climático.
“El cambio climático tendrá consecuencias devastadoras para las personas en situación de pobreza. Incluso en el mejor de los casos, cientos de millones se enfrentarán a la inseguridad alimentaria, la migración forzada, las enfermedades y la muerte. El cambio climático amenaza el futuro de los derechos humanos y corre el riesgo de deshacer los últimos cincuenta años de progreso en materia de desarrollo, salud mundial y reducción de la pobreza”. Así lo publica Naciones Unidas en relación con un informe sobre cambio climático y pobreza de Philip Alston, el relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema, publicado este mes de junio.
Para Philip Alston, el cambio climático no sólo tendrá el mayor impacto sobre quienes viven en la pobreza, sino que también amenaza hasta la propia democracia y los derechos humanos. Por supuesto, las peores consecuencias serán para los colectivos más pobres; según el Banco Mundial, con 2°C grados de calentamiento, entre 100 y 400 millones de personas más estarán en riesgo de pasar hambre y entre 1000 y 2000 millones ya no tendrán suficiente agua. Otras grandes consecuencias tendrán que ver con la alimentación y el desplazamiento de millones de personas: el cambio climático podría dar lugar a pérdidas en el rendimiento mundial de los cultivos del 30 por ciento para 2080, incluso si se toman medidas de adaptación y podría provocar el desplazamiento de 140 millones de personas solo refiriéndonos al África subsahariana, el sur de Asia y América Latina.
A ello hay que sumar un incremento de la pobreza multidimensional. Y un informe más para apoyar la realidad: el Índice de Pobreza Multidimensional de 2019, que más allá del ingreso monetario, define la pobreza como la realidad de quienes enfrentan carencias múltiples y simultáneas relacionadas con la salud, un trabajo digno o la exposición a la violencia. Los nuevos datos demuestran con mayor claridad que nunca que etiquetar a los países, incluso a los hogares, como ricos y pobres conlleva una simplificación excesiva. Y los datos afirman que no se trata solo de países de renta baja. En 101 países estudiados, un 23,1% de su población viven en la pobreza multidimensional. Esto significa 1.300 millones de personas, y de ellas, unos 886 millones viven en países de renta media, lo que demuestra que la pobreza está en todas partes.
Pobreza, cambio climático y pérdida de biodiversidad están íntimamente ligados. “Hay una reducción en el número de especies, hay una reducción en los ecosistemas, y hay una reducción genética”. Lo afirma René Castro, subdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, basándose en un estudio reciente de la organización.
Revela que el consumo insostenible de plantas y animales, silvestres y domésticas conduce a su extinción, lo que pone en grave peligro el futuro de los alimentos y medios de subsistencia, así como nuestra salud y el medio ambiente. Un ejemplo claro de las consecuencias sobre la biodiversidad y la salud es que solo quince plantas provean al 90% de la Humanidad de la energía necesaria para funcionar a diario, mientras que nuestros abuenos y tatarabuelos llegaron a usar 7.000. La consecuencia, entre muchas, es el empobrecimiento de las especies y de la dieta; no hay una muestra representativa de todas las especies, y el ser humano tiene problemas de obesidad.
Cambio climático, alimentación deficiente, reducción y pérdida de especies, impacto sobre la salud y la vida en las ciudades, desplazamientos forzados… la Agenda 2030 ha evidenciado los vínculos entre las acciones del ser humano en su relación con el entorno. Ha puesto el acento en los modelos de consumo y en la progresión de la degradación ambiental sobre la vida. Ha desvelado la red de relaciones que se ponen en marcha en las comunidades y el espacio virtual de las ciudades para frenar la velocidad de modelos depredadores y revertir la dirección de los cambios, hacia la sostenibilidad. La cita de Córdoba abordará el nodo de relaciones que alberga el ámbito local y su vinculación con estas y otras cuestiones; un enfoque local del desarrollo que ya no se puede entender si no es, a la luz de la Agenda 2030, priorizando la sostenibilidad entre los objetivos y la centralidad de las personas, en el modo de abordar sus consecuencias.
Coorganizado por Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) a través de la Comisión de Desarrollo Económico y Social Local, elV Foro Mundial de Desarrollo Económico Local cuenta con un comité internacional integrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de Regiones Unidas (ORU FOGAR), el Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (FAMSI), el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (SEBRAE), la Municipalidad y la Ciudad Metropolitana de Turín y el Gobierno de Cabo Verde. En el Comité Nacional de Argentina se incluyen la Agencia para el Desarrollo Económico Local (ADEC), la Municipalidad de Córdoba, el Gobierno Provincial y el Gobierno Nacional.