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La información medioambiental frente a una sociedad que no renuncia a “usar el coche para ir a comprar el pan”

“Periodismo en Iberoamérica” es una sección dedicada a entrevistas con periodistas de la región en el marco del II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz, cuyo plazo de presentación de trabajos finaliza el próximo 31 de diciembre.


Madrid, 24 de diciembre de 2018 (ANCI).- A punto de cumplir 25 años de historia, la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) cuenta con cerca de 190 socios, todos ellos profesionales especializados en la información sobre medio ambiente en España. APIA tiene como objetivos fundamentales representar a sus socios, proporcionarles formación y facilitarles el acceso a las fuentes informativas mediante todo tipo de actividades: congresos, talleres, debates electorales, etc. Además, la Asociación promueve que la información ambiental sea rigurosa, veraz y de calidad.
La presidenta de APIA, Clara Navío, considera que el medio ambiente no ocupa la importancia que merece en la agenda informativa. La complejidad de la información ambiental, pero también la despreocupación de la sociedad por estos temas son, a su juicio, dos de las causas fundamentales de esta situación, tal y como explica en esta entrevista con ANCI.
Hace pocas semanas APIA organizó, en el marco del 14º Congreso Nacional de Medio Ambiente, una jornada sobre “Los ODS y el periodismo especializado” en la que participaron periodistas de medios destacados. ¿Cree que los medios tienen en cuenta los ODS a la hora de informar?
La información sobre los ODS como tales no es frecuente. Se informa sobre igualdad, medio ambiente, educación… En el caso de la economía creo que mucho menos enfocado. Mi impresión personal es que los ODS, como concepto, no forman parte de la agenda como, por ejemplo, el IPC o la cifra de paro.
En relación con la información económica que ha mencionado y los ODS, ¿qué papel ocupa la economía sostenible en el conjunto de noticias económicas?
La sostenibilidad se suele identificar con viabilidad económica, a pesar de que, teóricamente, es el resultado de la confluencia equitativa de tres factores: el factor económico, el social y el medioambiental. Me da la sensación de que la pata medioambiental resulta, en general, un poquito corta. En el caso de las grandes empresas, las inversiones necesarias para reducir el impacto ambiental siempre producen ahorros (energéticos y por tanto económicos), pero como requieren grandes inversiones, deben ser compatibles con la amortización de otras inversiones anteriores y se retrasan todo lo posible. Desde el punto de vista periodístico, esto es difícil de explicar. Personalmente, creo que desde el punto de vista económico no siempre se entra a contar el punto de fricción que pueden suponer determinadas políticas, objetivos o resultados con, por ejemplo, algunos aspectos de los ODS. Cuando se hace un análisis de los resultados de una empresa tengo mis dudas de si se informa de, por ejemplo, los aspectos sociales de esos resultados: cuántos empleos se generan o se destruyen, etc.
¿Cree que el enfoque de las noticias medioambientales es, en líneas generales, el adecuado?
Sinceramente no lo sé. Los ambientales nos preguntamos qué hemos hecho mal, por qué la información no lleva a la acción. Creo que la sociedad tampoco quiere saber: no quiere renunciar a usar el coche para ir a comprar el pan. Es necesaria una motivación personal, una cierta visión de la vida y ese no es el espíritu mayoritario de la sociedad. Si cuando compras algo no te paras a pensar si realmente lo necesitas o no, si no tienes un estilo de vida austero, poco consumista, solo queda esperar a una caída del caballo como San Pablo. Esta conciencia a veces es fruto de la reflexión y otras de un shock. En general, la información debería ser una sabia mezcla entre lo mal que están las cosas, lo que se está haciendo bien y ofrecer vías a la ciudadanía para participar y cooperar. Ni toda la información puede ser ciegamente optimista, ni toda la información puede ser “El Caso”.
¿Los medios tienen capacidad para cambiar la agenda informativa y darle más protagonismo a informaciones diferentes, más relacionadas con la transformación global que está en la esencia de los ODS?
La agenda informativa es inmensa. A las redacciones llegan todos los días decenas de propuestas, que se suman a la agenda propia de los medios. Una redacción potente debe tener profesionales suficientes como para tratar los temas del día a día y además prepararse un poco más despacio otros de más calado, porque en una información breve no cabe todo. Un medio grande tiene que querer dedicar tiempo y recursos a hacer reportajes con más recorrido, por ejemplo sobre los temas que proponen las ONGs. La información también es lo que la sociedad no quiere saber pero merece ser contado. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la sociedad es muy diversa: hay gente con un alto nivel cultural y una capacidad de análisis y comprensión que le permite una visión más sosegada, hay ignorantes voluntarios y también hay personas más sencillas, que no profundizan en las informaciones y se mueven por grandes titulares, tertulias, gritos… y no modulan la información. Personalmente, me desagradan las informaciones gruesas y creo que los grandes medios, los que tienen más capacidad de penetración en todas las capas sociales y culturales, tienen la responsabilidad de ampliar los temas, hablar con gente experta y con capacidad pedagógica para introducir ciertos temas en la agenda informativa de otra forma.
Algunos expertos hablan abiertamente de que estamos viviendo una situación de emergencia ambiental que no está recibiendo la debida atención.
No creo que se esté ocultando a la sociedad, sino que hay cierto vértigo ante la magnitud de los problemas: el cambio climático ya está aquí y es irreversible, estamos en tiempo de descuento para hacer algo y que sus efectos no vayan a más. Hay 10 años para ver si conseguimos que no suba la temperatura más de 2 grados. ¿Quién quiere saber eso? El informe Planeta Vivo dice que hay un 60 % menos de especies, los volúmenes de residuos son brutales y no hay capacidad siquiera para gestionarlos. La situación es grave, pero la sociedad tampoco termina de querer saber. Se vive en el corto plazo y eso genera intereses contrapuestos, porque las empresas y los sistemas económicos tienen que tener resultados hoy para la generación que está aquí, pero también tiene que haber una planificación a largo plazo. Y no hay soluciones fáciles.
Usted trabaja en la información de empresa, sobre todo pymes, y medio ambiente. Según su experiencia, ¿hay conciencia medioambiental en el mundo empresarial?
No hago afirmaciones rotundas de casi nada porque no es fácil. Me ocupo de hablar de las pequeñas empresas, normalmente pymes o micropymes, que hacen cosas interesantes. Eso me ha dado la perspectiva de que, sinceramente, en España hay cantidad de gente haciendo cosas innovadoras y buscando su hueco en el mercado, aunque su impacto ambiental puede ser reducido debido a su tamaño. Las grandes empresas tienen que combinar que abastecen a grandes mercados, deben tener grandes producciones y requieren muchas materias primas (automóvil, alimentos, detergentes…). Cambiar la forma de transporte o buscar ingredientes diferentes es complicado y lleva tiempo. Las grandes empresas se dicen comprometidas con el medio ambiente, casi como si estuvieran deseando que haya nuevas normativas, aunque luego hagan lobby para retrasarlas todo lo posible. No niego que hay algo de greenwashing, pero también es cierto que cuando una gran empresa toma el camino de la sostenibilidad ambiental, aunque sea largo y lento, influye: es como un gran dominó. También es un valor en las opciones de compra desde el punto de vista del consumidor. En cuanto a nuestro trabajo como periodistas, creo que no es excluyente la denuncia con contar que hay cosas positivas.
Desde el punto de vista profesional, ¿cree que la especialización juega a favor o en contra de los periodistas?
En contra no, aunque es cierto que, años atrás, los medios prescindían sobre todo de periodistas más veteranos, muchos de ellos especialistas. Muchas redacciones se han vaciado de especialistas y los ambientales quizás lo han sufrido más que otros, porque en algunos existía la creencia generalizada de que cualquiera puede informar sobre medio ambiente. Creo que es un factor de prestigio para una redacción que haya una persona capaz de contar cosas complejas con rigor, haciéndolas accesibles a todo el mundo. Además, este tipo de noticias figuran entre las más leídas. ANCI

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