Tegucigalpa busca convivir con su medio ambiente

La naturaleza olvidó la clemencia frecuentemente con la capital de Honduras. Conscientes de ello, la Alcaldía Municipal del Distrito Central, que comprende los municipios de Tegucigalpa y Comayagüela, tiene en marcha una serie de trabajos de prevención y mitigación en pos de convivir con el medio ambiente que marca la vida en su ciudad.

La rudeza de lo natural se mostró en fechas como el 31 de octubre de 1998, la madrugada en la que el huracán Mitch sorprendió a la capital y dejó tras de sí casi 7.000 muertos, más de 10.000 heridos, las ruinas embarrizadas de más de decenas de miles de viviendas. Los cronistas del momento describen una Tegucigalpa que se debatía entre el lodo y los escombros y la ropa recién tendida y las luces que se restablecían. La vida de la ciudad se imponiéndose al desastre.
La sombra del Mitch se proyecta cada vez que las inclemencias climáticas castigan a la ciudad. No son infrecuentes casos donde las precipitaciones causan derrumbes, desprendimientos de tierra e inundaciones por el desbordamiento del río. Por ello, la alcaldía ha puesto en marcha medidas que tienen al mantenimiento y a la limpieza como base, pero que van desde canales de alivio hasta instrumentos para medir y conocer el devenir de la naturaleza que envuelve la ciudad.

Una de las medidas destacadas es la habilitación de un equipo de mantenimiento permanente para revisar diariamente el instrumental de monitoreo (extensómetros, inclinómetros y piezómetros) del terreno. Con estas herramientas se consigue conocer la eficacia y el estado de proyectos como los pozos para captar agua filtrada. Con ellos, se preveé y se trata de atajar deslizamientos y derrumbamientos. Otro proyecto contra estas problemáticas es la edificación de muros de contención y de cunetas para evitar afecten a las comunidades.
Desde la administración local, destacan el éxito de uno de sus proyectos: el canal de alivio conocido como El Sapo que aspira a evitar las frecuentes inundaciones en la zona de los mercados de Comayagüela. Gracias a esta bóveda con nombre de anfibio, y a las labores de limpieza constantes, la alcaldía celebra que esta zona comercial cierra 2016 sin incidencias graves, salvo los «represamientos de agua», fruto de los residuos que deja la economía informal. Una realidad, la de la informalidad, ante la que esta capital también trabaja.
Capital humano y cercano
En este proceso de búsqueda de la convivencia con la naturaleza destaca el establecimiento de 162 Comités de Emergencia Local (CODEL), organizados por la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO). El personal de los CODEL ha sido preparado en gestión de riesgos, primeros auxilios, rutas de escape y lectura de los equipos de monitoreo.
Las poblaciones en riesgo cuentan también con el Sistema de Alerta Temprana (SAT) que se vale con cámaras de monitoreo para conocer las actuaciones  de la naturaleza. Además, en esta arista de la prevención, los trabajadores de los CODEL son responsables de controlar las alertas de colores que se han pintado en las bases de lo puentes que atraviesan los principales ríos de la urbe.

Un reto con futuro
La Alcaldía del Distrito Central cuenta, gracias a la cooperación alemana, con 100 proyectos en fase de formulación para mitigar los efectos nocivos de su entorno natural. Estos van de la construcción de nuevos puentes peatonales a las labores de limpieza y se pondrán en marcha en 2017, según sus previsiones.
Otro de los procesos que tiene en marcha esta alcaldía es la adquisición de más cámaras de monitoreo para mantener el control de las zonas proclives a emergencias.