Siete. Así cifró el secretario general de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), Josep Roig, las economías que hacen ciudad.
Durante una reflexión grabada y difundida por la Municipal eLibrary, que coordina Néstor Vega, Roig puso de manifiesto la disparidad de comportamientos económicos que componen la ciudad.
En su relato, en el marco de la antesala de su quinto Congreso en Bogotá, se menciona la volatilidad de la economía corporativa, la de las grandes corporaciones que dejan su huella al llegar y al marchar de las urbes. También enunció el proceso de transformación que vive la economía de consumo.
Por otra parte, Roig hizo mención a la economía colaborativa y a su carácter que incide en lo local, pero que puede convertirse en una red global. Además, no dudó en poner de manifiesto el refuerzo de la economía cívica, pieza clave en nuevos movimientos emergentes.
La creatividad fue otro de los valores destacados, la denominada economía creativa tiene su hueco, para Roig, quien recordó que la automatización no solo acaba con el trabajo físico, también lo hace con el intelectual. De ahí, que el secretario general de CGLU no dudará en instar a buscar los espacios que lo mecánico no cubre, los que esperan a las mentes creativas.
Otras dos realidades entraron al discurso de Roig: la criminal y la virtual. Mientras que la economía tecnológica avanza hacia la seguridad con nuevas formas de comercio electrónico, la otra, la economía criminal, persiste en la ciudad, nutriendose de una economía sin control y del silencio, su mejor garantía de impunidad.
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