Madrid, 5 de noviembre de 2018 (ANCI/MADRID.ES).- Música para abrir y cerrar la sesión inaugural del II Foro Mundial sobre las Violencias y Educación para la Convivencia y la Paz. Música sobre todo, como señaló la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, para recordar que, cuando se habla de violencia, se habla “del corazón humano”, del sentimiento que empuja a un ser humano a acometerla. Los acordes del piano de James Rhodes pusieron la nota inicial. También la final, pero esta vez con la interpretación de las orquestas infantiles de Acción Social por la Música, Da la Nota, Pequeñas Huellas y Notas de Paz, formaciones todas que utilizan la música como instrumento efectivo de inclusión social.
Helena Díez-Fuentes ha conducido una sesión que quería resumir lo que van a dar de sí cuatro días de debate, análisis y experiencias sobre los conflictos urbanos y los caminos para atajarlos.
La recepción ofrecida esta mañana en el palacio de la Zarzuela por el rey Felipe VI ha marcado el arranque de la cita, que se ha inaugurado oficialmente juntando en el escenario de la Nave 16 al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; las alcaldesas de Madrid, Barcelona y Bucarest, Manuela Carmena, Ada Colau y Gabriela Firea, respectivamente; el alcalde de Soria que venía en representación también de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Carlos Martínez; el presidente de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, Mpho Franklyn Parks Tau; el director de Gobernanza y Construcción de Paz de PNUD –Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Patrick Keulers; la premio Nobel de la Paz 2015, Widet Bouchmaoui, y el ex director general de la UNESCO y presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza. A través del vídeo han llegado los mensajes del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres y del director general de la FAO- Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura-, José Graciano da Silva.
Desaprendiendo violencia
La alcaldesa madrileña ha renovado el compromiso de Madrid como ciudad de paz, explicando por qué la capital española asume el protagonismo en esa vocación: “No es solo por la necesidad de que las ciudades debemos profundizar en las raíces de las violencias para erradicarlas, sino también porque en Madrid está la esencia de lo que tiene que ser la lucha contra esa violencia: el abrazo, la empatía, la compasión, la solidaridad”.
Carmena hacía esta afirmación recordando que la capital es la única ciudad en el mundo con un monumento al abrazo, obra de Genovés, instalada en Antón Martín, en memoria de los abogados laboralistas asesinados en la calle de Atocha en 1977. “Nunca quisimos que se les honrara con coronas, quisimos que se les honrara con el abrazo”. Una de las claves en esa lucha contra los conflictos urbanos está en la educación. “No somos conscientes de que el ser humano no sólo se educa en lo formal, se educa en lo emocional”, afirmó Carmena al tiempo en que insistía en la necesidad de reflexionar y asumir que “la violencia no es algo consustancial al ser humano”.
Carmena alertó de la necesidad de implementar políticas que permitan desarrollar habilidades frente a los conflictos y que cada día sean más las urbes que se sumen a esa cadena de ciudades de paz. “Madrid es una ciudad segura, pero el mundo ya no tiene fronteras y, si no somos conscientes de que ejercemos la violencia cuando consideramos al otro no como un ser humano, sino como un objeto, estamos abriendo la puerta a la violencia”.
El freno de la cohesión social, los valores democrático y el desarrollo económico
Mayor Zaragoza mostró su satisfacción porque haya sido una ciudad la que haya asumido el liderazgo en la apuesta por la paz. “Son las ciudades –dijo- las que pueden implementar un multilateralismo democrático reformado que consiga que los ciudadanos dejen de ser espectadores ofuscados para convertirse en actores de sus propias vidas”. Son las urbes donde, dijo, “la ciudadanía es más consciente de las amenazas reales y, por tanto, desde donde se puede contrarrestar esa globalización de la insolidaridad, de la indefensión”.
La elección del plural a la hora de abordar las violencias fue destacada por la alcaldesa de Barcelona Ada Colau. “Todas las ciudades están atravesadas por distintas caras de las violencias, unas más normalizadas, otras menos”. Ahí radica, para la regidora barcelonesa, uno de los grandes retos de las administraciones municipales: “Luchar para hacer no solo a nivel normativo, sino a través de pequeños gestos que nunca se consiga normalizar ninguna violencia”. Lo dijo en alusión específica a las violencias machistas porque “venimos de una sociedad patriarcal y esa violencia es de las más normalizadas”.
En clara referencia a los atentados terroristas que sufrió Barcelona el pasado año, Colau subrayó la respuesta social: “Demostró que somos una ciudad con un proyecto colectivo y valiente. Eso hay que ponerlo de relieve porque la cohesión social es uno de los elementos más importantes que tenemos para luchar contra la violencia, contra el miedo, contra la inseguridad”.
Aquellos atentados llevaron además a la formulación de preguntas, muchas de las cuales aún no han obtenido respuesta: “Cómo uno chicos tan jóvenes, que estaban integrados socialmente, sufrieron tan rápidamente un proceso de fanatización y decidieron poner fin a sus vidas a la forma más cruel posible”. Esa pregunta que flota en el aire, lleva para Colau a otro interrogante: “¿Qué podemos hacer para enfrentarlas y, sobre todo, para no resignarse?”.
Trascendiendo a la seguridad
Esa cohesión social es una herramienta imprescindible que añadir al enfoque de la violencia desde la perspectiva de la seguridad. Un aspecto en el que insistió, Grande-Marlaska al referirse a la nueva estrategia de su ministerio. “Prefiero hablar de seguridad humana más que de seguridad ciudadana porque supera la idea de que la seguridad es una mera cuestión de orden público”.
Para Grande Marlaska la democracia y el civismo son dos elementos clave sobre los que deben estructurarse las ciudades. “Tenemos la responsabilidad colectiva de que nadie viva con miedo a una mala palabra, a una mala mirada”. En ese sentido, se detuvo en la labor de la Oficina contra los Delitos de Odio y en el anteproyecto de ley sobre protección integral a la Infancia que próximamente va a presentar el Ejecutivo central, una texto que constituye una esperanza para James Rhodes. Para el pianista inglés, afincado en Madrid y que siente a España como “mi casa, y mi paraíso”, llevar a cabo esa ley supondrá situar a nuestro país a la cabeza de las naciones del mundo en la protección a la infancia.
El alcalde de Soria resumió la violencia en una sentencia que logró el consenso de todos: “La violencia es el resultado de la incapacidad para resolver los conflictos”. Ética política y ciudadana, solidaridad, empatía y desarrollo económico son para el regidor soriano los ejes sobre los que han de girar las respuestas.
Tres días intensos
Desde mañana quedan tres días en los que se sucederán las diez sesiones plenarias restantes, talleres autogestionados, acciones paralelas, exposiciones y las citas del programa cultural que mañana tendrá a Rocío Márquez, con La Costilla de Rocío, como protagonista, más el cine con el documental canadiense A better man.
Con cerca de 4.000 inscritos hasta el momento, esta edición superará las cifras de la pasada, que registró 3.500 personas inscritas.
Consulta programación de mañana en www.ciudadesdepaz.com
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