[:es]ANCI/ Las ciudades iberoamericanas presentes en el I Comité Sectorial de Participación Ciudadana de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) contrapusieron sus diversas realidades para encontrar retos y valores compartidos con el fin de construir una Iberoamérica más participativa.
En la cita, celebrada en Montevideo entre el 22 y el 24 de marzo, las ciudades de Asunción, Bogotá, Brasilia, Buenos Aires, Ciudad de México, Ciudad de Panamá, Guatemala, La Paz, Madrid, Montevideo, Quito, San Salvador, Santiago y Tegucigalpa trazaron el perfil de la participación ciudadana en Iberoamérica y constataron la potencialidad de conectarse para crear una región participativa.
Como punto de partida se estableció el reto de la transversalidad en la construcción de gobiernos más participativos. Las palabras de Yanik Villasboa, de la Municipalidad de Asunción, provocaron que los asistentes reconocieran como propio el reto de hacer de la participación algo cercano y que ocupe y preocupe a todos. Así lo demostraron ciudades como Madrid, representada por Enrique Muguerza, que recordó cómo el área de participación requiere el apoyo de técnicos especializados que ayuden a evaluar las propuestas e ideas ciudadanas.
Si no se puede lograr, la participación ciudadana pasa de oportunidad a decepción. Por ello, la evaluación de las propuestas ciudadanas y la negociación de las mismas para buscar vías que las hagan viables técnicamente es otro reto común. Ciudades como Santiago de Chile, representada por Nicolás Díaz Amigo, o la propia anfitriona, Montevideo, a la que en esta cita dieron voz cargos municipales como Miguel Pereira o Jorge Buriani, incidieron en este punto.
No se trata solo de controlar técnicamente, pues «participación ciudadana es dar a la ciudadanía la capacidad de exigir respuestas a sus necesidades, de ejercer control social», como resumía María Belén Aguirre, responsable de Participación Ciudadana de la Municipalidad de Quito, ciudad que preside este comité. Es un compromiso que debe ir más allá del momento, debe ser » real y a largo plazo», en palabras del representante de La Paz, Óscar Siñani y «directo y 24/7», como enfatizaba la voz de Tegucigalpa, Mirian Reyes.
El dar el paso de la consulta al control y al empoderamiento del ciudadano es otro de los desafíos para las ciudades de Iberoamérica. Como ejemplo de ello sirve la Ciudad de Panamá, que se encuentra inmersa en la puesta en marcha de sus presupuestos participativos, es decir, en hacer realidad el «derecho a participar», como indicaba su representante Carla García. Otra muestra de ello es la de San Salvador que, en palabras de Federico Anliker, pretende atraer a la ciudadanía mostrando el compromiso mediante hechos y obras.
El cómo alcanzar una participación ciudadana que ejecute un control social efectivo y que pueda ser ejercida de forma inclusiva se dibuja como otro deber común. Desde Brasilia, Bárbara Maia Pinto Alves mostró las diversas herramientas digitales que emplea para ello la capital brasileña, mientras que Madrid ofreció su herramienta para conseguir propuestas ciudadanas. Con estos ejemplos, se enfatizó en cómo la participación ciudadana debe utilizar diversidad de técnicas y herramientas para empoderar a la sociedad y conocer sus necesidades y problemas reales.
La oportunidad de una Iberoamérica participativa
Ya sea de forma telemática o presencial, la participación ciudadana debería ofrecer la oportunidad de «sufrir» la ciudad, ya que ha de permitir acercarse a la realidad urbana que viven todos los ciudadanos. Así lo narraba Irma Rodas, de Ciudad de Guatemala, y lo ejemplificó Mónica Panameño, que mostró cómo la política social puede ser fruto del trabajo con la sociedad y la ciudadanía. A la par, desde urbes como Madrid o Santiago de Chile se reivindicó la oportunidad de obtener ideas innovadoras para enfrentar retos urbanos.
El conocer esas necesidades permite responder. Bogotá, por quien habló su responsable en la materia, Antonio Hernández Llamas, propuso responder de forma conectada. Desde la capital colombiana ya han trabajado con diversas ciudades iberoamericanas para enlazar a organizaciones de la sociedad civil en el marco de su programa Bogotá Líder.
Con este ejemplo se puso sobre la mesa la potencialidad de la cooperación para enfrentar el reto de la participación ciudadana. Si este comité dejó una evidencia es que a pesar de la diversidad de contextos los retos comunes unen y el transformar proyectos e ideas propios en conocimiento compartido son claves para alcanzar una Iberoamérica que participe. ANCI[:]
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