Sin un trabajo digno no se puede alcanzar el desarrollo sostenible. Así, contundente, el director de la Organización Internacional del Trabajo, Joaquín Nieto, participó en el Encuentro Iberoamericano sobre Desarrollo Sostenible y advirtió que si no cambia el escenario, caminamos a una generación realmente perdida.
El Encuentro Iberoamericano sobre Desarrollo Sostenible arrancó hablando de los ODS, la «agenda más transformadora», de acuerdo con Nieto, concretamente del número 17, el relativo a alianzas. Ante este tema, el director de Organización Internacional del Trabajo en España aseveró que el sector privado tiene una obligación antes que ninguna alianza: garantizar un salario digno, un sueldo que permita salir de la pobreza y acabar con los sueldos paupérrimos que acompañan a muchas deslocalizaciones empresariales. Nieto no dudó en recordar los sueldos de menos de 30 euros mensuales que reciben trabajadores de zonas como Bangladesh.
Del mismo modo, Nieto recordó los 168 millones de menores de edad que, repartidos por el globo, trabajan. Las empresas deben sacar a los niños de sus plantillas, no hay espacio para ellos, reclamó el máximo responsable de la organización en España. Eran estos, los menores, los más pobres en el pasado, antes lo fueron los ancianos, hoy ese título lo ostentan los jóvenes. Sobre ellos también habló el ponente, quien llamó a una gran alianza, a una gran inversión en pos de impedir la inactividad de estos jóvenes: o trabajo digno o formación. Esa es la dicotomía que propuso para enfrentar otro de los grandes problemas: el desempleo juvenil.
Si hoy los millones de jóvenes que buscan empleo se miden en decenas, en un futuro no muy lejano se hará en cientos. Esta tesitura venidera provocará que la manida expresión de «generación perdida» se agudice, que esta vez sea una generación verdaderamente perdida. De este modo, Nieto concluyó su intervención llamando a actuar en pos de un trabajo digno, de un trabajo que permita a la ciudadanía sumarse al reto del desarrollo sostenible, pues han podido superar el reto, hoy pendiente para demasiados, de alcanzar la dignidad laboral y económica.
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