China aspira a tejer un entramado de relaciones internacionales gracias a la legendaria ‘Ruta de la Seda’. Sin embargo, en el siglo XXI no son delicadas fibras lo que los chinos quieren exportar en este proyecto, que se hizo público como ‘la Belt and Road Initiative’ en 2013; ni tampoco se conforma con llegar hasta Europa, pues, en los últimos tiempos tiene un nuevo objetivo en su horizonte: América Latina.
Durante el panel ‘La ruta de las ciudades y la proyección latinoamericana’ celebrado este 16 de noviembre en Madrid y organizado por la Fundación Alternativas, la Oficina de Consejeros del Consejo de Estado Chino y el Ayuntamiento de Madrid, al cual se invitó a la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), un antiguo miembro del Consejo de Estado Chino, Li Yuguang, manifestó el “gran interés” de China en “diversificar sus inversiones en América Latina”, un espacio que definió como “muy rico en materias primas”; pero que también tiene necesidad de infraestructuras, por ejemplo.
Ese interés lo revelan citas como la pasada Cumbre Empresarial China-Latinoamérica de donde manaron 64 acuerdos de cooperación, a la que asistieron 1.500 empresarios chinos y latinoamericanos y que tendrá su próxima edición en Uruguay, de la que habló Yuguang. Sin embargo, Huang Duan, del gobierno de la provincia china de Fujian, recordó las grandes dificultades para encontrar un punto de contacto, como las ciudades españolas, como Madrid, con el que esta provincia de más de 30 millones habitantes pudiera trabajar.
El director general de UCCI, Antonio Zurita, dio un paso al frente al relatar a los invitados chinos cómo el proceso de diálogo en busca de la ‘unidad en la diversidad’ que vive el municipalismo latinoamericano es una oportunidad para trabajar con China, para darle a la nueva ‘Ruta de la Seda’ los tintes locales y latinoamericanos que sus promotores reclaman. A la par, Zurita destacó el papel de Madrid, anfitrión de esta cita, como un punto de encuentro entre culturas, especialmente de las latinoamericanas, y forja de las relaciones entre ellas.
“Hace falta un enfoque local en proyectos como esta nueva Ruta de la Seda. Hay que pensar la cooperación desde lo local, pues las ciudades son los ejes claves para trabajar”, reivindicó Mónica García, de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Además, apostilló que hoy es imprescindible para cualquier proyecto de cooperación estar basado en la suma de las diferencias, algo que solo es posible de la mano de la educación.
Es decir, hace falta ‘enredarse’, trabajar en red, algo que ya hacía la Ruta de la Seda original al intercambiar algo más que producto, al ser un conducto de cultura, como recordaba, Rafael Hoyuela, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hoyuela manifestó que el apoyo chino a la infraestructura china puede ser clave ante retos globales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, que hay que solventar hoy, pues “en cinco o diez año no tendrán solución” y ante las desafíos de infraestructura que viven algunas ciudades latinoamericanas.
De este modo, con algunos “objetivos compartidos”, como destacó la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y retos por solventar; China continúa tejiendo su nueva ‘Ruta de la Seda’ la cual, espera, que esta vez llegue hasta América Latina.
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