Habitat III propone adecuar la agenda urbana a la realidad contemporánea en Quito entre el 17 y el 20 de octubre de 2016.
La ciudad contra la pobreza en todas sus formas. La urbe como motor del desarrollo sostenible. Hoy, los límites históricos de la ciudad estallan por el peso de las problemáticas globales que señalan a estas poblaciones como fuente de problemas y soluciones; en esta posición, no hay alternativa: hay que revisar la agenda urbana.
Así lo entienden desde la Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (HABITAT) que celebrará su tercera edición en Quito (Ecuador), ciudad miembro de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI). Su última revisión del borrador cero de esta «cita histórica», que data de hace escasos días, es una reelaboración del concepto de ciudad y de los límites del mismo, un arsenal de propuestas y llamados a la actividad y una reflexión sobre cómo garantizar que la agenda de lo urbano no solo cambie, también mejore.
La ciudad es un espacio con una función social. Debe promover el sentimiento de pertenencia y la participación de quienes la hacen; debe empoderar a las personas, sin exclusiones ni estigmas tolerables; han de existir oportunidades y superar el cortoplacismo al apostar por las actividades altamente productivas y con valor agregado y debe ver más allá de lo humano, de la generado, y armonizar su existencia con la naturaleza para reducir el riesgo de desastres y aumentar su resilencia a estas inclemencias. Esa es la ciudad por la que apuesta Habitat III.
Esta ciudad ya no acaba en la ‘ciudad’. La realidad urbana excede a límites predeterminados como se asegura en el borrador cero. Así las urbes pequeñas y medianas, claves en aspectos como la alimentación o la fuerza de trabajo de las grandes ciudades; la inmigración o la población pobre o excluida forman parte de la urbe. Va más allá. Las poblaciones del siglo XXI son actores que, si quieren cumplir con su deber, deben interactuar con voz propia con los niveles intermedios, nacionales e internacionales.
Nuevas urbes, nueva agenda
La percepción de una ciudad en continuo crecimiento impone la necesidad de una Nueva Agenda Urbana, que es lo que tratará de marcar e implementar Habitat III.
Desde el borrador revisado, destacan puntos como la necesidad de integrar lo rural y lo urbano con soluciones tan concretas como los huertos urbanos. Se llama a reconocer a los espacios públicos como dinamizadores del crecimiento económico o a la pertinencia de promover la paz y el respeto como apuesta por el desarrollo sostenible.
Habitat III habla de y con la pobreza. Hay una economía informal que es una realidad clave en las cifras de las ciudades. De ahí que se enfatice en formalizar a esta población, en luchar contra la exclusión y la desigualdad con la dignificación. La ciudad debe entender que dignidad y potencial humano son una correlación positiva; así debe cuestionarse por los tipos de propiedad que existen, por la necesidad de una viviendad digna o, por ejemplo, por cómo se desplazan los trabajadores que viven en los espacios informales, los que no existen en los planos.
La ciudad como territorio tiene una función ecológica y social. De ahí que en un momento que el borrador describe como afectado por el consumo insostenible, la pérdida de la biodiversidad o la polución las urbes deban ser especialmente cuidadas por ser espacios de encuentro mundial. Una de las propuestas es la implementación del ‘Build Back Better’, es decir, tras una catástrofe construir de forma sostenible y armoniosa con el medio; algo que debería aplicarse también a las nuevas obras.
Para implementar estas y otras muchas propuestas se debe trabajar de forma multinivel, con una apuesta continua y tenaz por el diálogo entre agentes sociales, públicos y privados, locales, regionales, nacionales e internacionales. Entre todos, porque a todos afecta lo que marquen las páginas de la agenda urbana. Destaca en la forma de implementación la necesidad de los principios de «igualdad y solidaridad». Para que esto sea posible desde Habitat III existe un compromiso para asesorar a las ciudades en su proceso de debate, de búsqueda de recursos e intermediación financiera o de legislación. Una de las peticiones dentro del borrador es al Banco Mundial para que enfoque sus inversiones en estructuras sostenibles.
Todo esto debe ser contado y compartido para que el cambio sea mejora. Dentro de Habitat III existe así un compromiso por crear bancos de datos y experiencias accesibles a gobiernos, organismos y otros actores sociales; así como de mantener un diálogo constante con otras iniciativas para evitar duplicidades. De este modo, en octubre de 2016 hay una cita no solo para revisar la agenda urbana, de generar una Nueva Agenda Urbana, también hay que planearla entre todos y compartirla.
Consulte el borrador cero revisado aquí.
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