La Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) ha vuelto a servir de puente entre ciudades. Un año más fueron las capitales de España y México, las ciudades hermanas que cumplieron con una tradición que se extiende desde 1954. En nombre del alcalde de Madrid y copresidente UCCI, José Luis Martínez-Almeida y de la secretaria general de la UCCI, Almudena Maíllo, la directora general de la organización, Ana Román, entregó dos docenas de rosas del madrileño Parque del Retiro a la tripulación de Iberia liderada por el comandante y director de Operaciones, Txomin Baztán, encargado de que las rosas cruzasen el océano Atlántico una vez más y la número 68.
Ya Ciudad de México, el presidente de la Fraternidad Iberoamericana A.C. (FIA), Fabián Maguey Ramírez y la reina FIA de Charros del Pedregal, Cristina Pérez Gavilán, recibieron las rosas, símbolo de unión y fraternidad entre ambas ciudades.
Posteriormente, las rosas fueron depositadas a los pies de la santísima Virgen de Guadalupe en su basílica del Tepeyac, al mismo tiempo que se dio lectura de la carta del alcalde de Madrid que acompañó al citado ramo lleno de significado y tradición entre las ciudades hermanas y que ni siquiera se rompió durante los meses más duros de la pandemia por COVID-19, que azotó al mundo entero. «Poder presentar un año más estas primeras rosas de Madrid ante la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México es además de una magnifica ocasión para expresar la fe mayoritariamente compartida por nuestros pueblos, una oportunidad de ensalzar todos los valores que españoles y mexicanos venimos compartiendo a lo largo de nuestra extensa historia en común», manifestó Martínez Almeida en su misiva.
Finat, artífice de la tradición
La tradición comenzó en el año 1954 cuando el entonces alcalde de Madrid, José María Finat, se queda bloqueado en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México por no disponer del aval económico necesario para entrar en el país. En aquel entonces ambas ciudades no mantenían relaciones diplomáticas, pero la Fraternidad Iberoamericana en México supo de los problemas del regidor y le ayudó a solventar dicho contratiempo. Fue entonces cuando Finat, como señal de agradecimiento, prometió enviar las primeras rosas que florecieran en el parque del Retiro de Madrid como ofrenda a la Virgen de Guadalupe en su Basílica.